Logística verde: las bicicletas vuelven a la carga

Durante la celebración del III Congreso Nacional de Movilidad y Distribución Urbana Sostenible, celebrado el pasado mes de octubre en Madrid, la subdirectora general de Sostenibilidad del Área de Gobierno y Medio Ambiente de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Elisa Barahona, anunció que a partir del 1 de enero de 2020 solo podrán circular por el centro de Madrid (la zona comprendida dentro de la M30) vehículos de reparto «limpios», es decir, híbridos, eléctricos, los que hayan sido modificados para emitir menos gases contaminantes o los que cumplan con la normativa Euro 6.

De esta forma, se pretende cumplir con el objetivo fijado por la Unión Europea de reducir el nivel medio de emisiones en Europa en un 30% en turismos y un 19% para vehículos comerciales, lo que por otro lado conseguirá que un conductor europeo ahorre de media alrededor de 3.000 euros en combustible durante la vida útil de su vehículo (13 años). Además, se pretende ahorrar casi 30.000 millones de euros en combustible, incrementando el Producto Interior Bruto (PIB) de la Unión en 12.000 millones anuales[1].

Por este motivo, el sector de la logística ya está buscando alternativas para el movimiento de mercancías en ciudad. Por ejemplo NACEX, la firma de transporte urgente de paquetería y documentación que recientemente ha celebrado su vigésimo aniversario, ha decidido apostar por la logística verde incorporando bicicletas eléctricas de carga en su reparto urbano. Se trata de un triciclo de carga con asistencia eléctrica; en palabras de NACEX, «una solución ecológica, silenciosa, cívica y sostenible». Se ha decidido empezar por el centro Valladolid, y desde ahí se empezarán a utilizar en otros puntos de la península. Otras compañías como UPS (en Alemania) o FedEX (en Francia) también han incorporado este medio de transporte a su actividad obteniendo muy buenos resultados, tanto por el ahorro en costes como por la facilidad a la hora de llegar a puntos de más difícil acceso.

NACEX tiene como objetivo que toda su flota de reparto sea energéticamente eficiente en el año 2015. Para ello, además del triciclo de carga, van a invertir en vehículos propulsados por GLP, que además de disminuir considerablemente la contaminación acústica, redundan en un importante ahorro en el precio del combustible.

Sin duda, la tendencia es que el transporte sea cada vez más eco-friendly. Sin embargo, grandes urbes como Madrid aún no están preparadas para asumir este tipo de vehículo como medio de transporte habitual. ¿Creéis que este tipo de medidas tendrán buena aceptación en España? ¿Cuánto tardaremos en ver más bicicletas que coches, como sucede ya en otras ciudades europeas?

[1] http://ec.europa.eu/trade/policy/in-focus/ceta/questions-and-answers/index_es.htm (consultado el 07/02/2014)

4 comentarios en “Logística verde: las bicicletas vuelven a la carga

  1. La verdad es que es sorprendente como en muchas ciudades europeas donde el frío no invita a salir con la bicicleta, es ésta el principal medio de transporte. En España cada vez es más frecuente ver en las pequeñas ciudades a gente joven moviéndose en bicis, aunque no es lo habitual. Creo que falta un poco de estímulo por parte de las autoridades. Por ejemplo en Alemania había carril bici en todas las calles y en aquellas en las que no había era el ciclista el que tenía prioridad. Aquí en España encontrar un carril bici es un milagro y moverse por una ciudad que tenga un poco de tráfico es toda una aventura.

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  2. Estoy con Raquel: falta el estímulo decidido de las autoridades. No es una cuestión socioeconómica, ni climatológica ni tan siquiera orográfica: el transporte en bici triunfa en ciudades desarrolladas y en desarrollo (Montreal, Bogotá), en ciudades de clima extremo y suave (Oslo, Singapur), en ciudades planas y no tanto (Ámsterdam, Barcelona). ¿Por qué en un mismo país ciudades cultural y socioeconómicamente similares son tan distintas en «bici friendliness»? En Madrid montarse en bici es todavía un suicidio sobre ruedas (bendita lucidez saliente de Botella de restringir el tráfico en el centro) y en Sevilla, donde la cultura bicicleta nació en el 2007 con la apuesta del consistorio local, ¡y ya está situada como la 4ª ciudad más «bici-colega» del mundo!, el verdadero peligro únicamente lo sufre el el guiri despistado. En Córdoba, el ayuntamiento también desplegó un sistema público ¡gratuito! de bicis que no ha terminado de cuajar en una ciudad a la que también se le llama, muy ajustadamente, «Cordobita La Llana». ¿Somos los cordobeses unos vagos que ni siendo gratis y yendo en llano le damos al pedal? Algunos datos patrios:

    -Sevilla: 33’33 euros al año de abono, 3200 bicicletas, 260 estaciones.
    -Barcelona: 47’16 euros al año de abono, 6000 bicicletas, 420 estaciones.
    -Córdoba: 0 euros al año de abono, 35 bicicletas, 4 estaciones.

    Evidentemente, es una cuestión de voluntad política.

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  3. Efectivamente, considero como vosotros que la bicicleta en ciudades como Madrid es posible, pero es cierto que aún queda mucho recorrido por delante: no es solo la infraestructura concerniente (carriles bici, aparcabicis, estaciones con bombas para inflar las ruedas de la bicicleta, etc.), que por supuesto sin ella esta idea nunca saldrá para delante, sino el cambio de mentalidad de la sociedad española. Aunque poco a poco va cambiando, aún se tiene la idea de que ir en bicicleta es para gente que no puede permitirse el transporte privado o para estudiantes que no tienen dinero. ¿Cómo se cambia este modo de ver las cosas? Me temo que, tal y como apunta mi compañero «mafdezporras», con incentivos políticos: en Málaga coger una bicicleta pública te sale gratis hasta 30 minutos, y luego apenas se apoquina un mínimo simbólico. Por ello, el nivel de uso de la bicicleta ha aumentado de manera exponencial en la ciudad.

    También se me ocurre que las empresas tienen un papel importante que cumplir. Si efectivamente empiezan a verse bicicletas repartidoras (transportando comida, paquetes, el correo, etc.), la gente se animará a utilizar este medio para moverse por las ciudades grandes. Debido a la pescadilla que se muerde la cola (más bicicletas de transporte, más bicicletas privadas, mejores infraestructuras, normalización del medio de transporte y vuelta a empezar), si todos intentamos favorecer el uso de la bicicleta, todos saldremos ganando: mejores infraestructuras derivan en mayor rapidez de reparto y, por lo tanto, en menores costes para la empresa de logística.

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