Como ya vimos en el post de Rodrigo el pasado 20 de febrero, los puertos de la costa oeste de los Estados Unidos están sufriendo graves problemas laborales. El conflicto, liderado por los sindicatos Pacific Maritime Association y la International Longshore and Warehouse Union, está afectando a alrededor de 20.000 trabajadores en 29 distintos puertos. A grandes rasgos, los directivos alegan que los sindicatos están llevando a cabo una huelga de brazos caídos mientras éstos dicen estar simplemente respondiendo a cuestiones de seguridad y que la dirección está malinterpretando su posición. Sea como sea, el conflicto ha provocado en consecuencia un gran número de retrasos, y un creciente número de barcos esperan en la costa para poder descargar, como veíamos en las fotografías del pasado viernes.
Vale, todo eso es muy interesante, y las fotos eran muy chulas, pero ¿cómo está afectando todo esto a las cadenas de suministros? Pues lo cierto es que las repercusiones del problema son increíbles. Si se tratara únicamente de la pérdida de un puerto, no sería tan grave. Los barcos de Los Angeles podrían ser enviados a Oakland o Seattle. Pero se trata de la totalidad de la costa oeste. Si los bienes deben necesariamente ser descargados en un puerto americano, eso significa tener que ir hasta la Costa del Golfo o incluso la costa este. No queda claro cuál puede ser la mejor solución. Incluso si un barco pudiese llegar hasta Charleston, por ejemplo, no queda claro que vaya a mejorar mucho la situación de los clientes cuyas mercancías se encuentran en los barcos. Si la totalidad del sistema logístico de una empresa está asentado en Central Valley, tener una carga de contenedores en Carolina del Sur es, en el mejor de los casos, una inconveniencia.
Echémos un vistazo a la industria automovilística. Automotive News ha declarado que un gran número de fabricantes japoneses con producción norteamericana se han visto obligados a reajustar calendarios y encontrar medios alternativos para abastecerse de las piezas requeridas:
“Honda, a partir del lunes, reducirá los niveles de producción de las plantas de Ohio, Indiana y Ontario debido a que las tensiones laborales han provocado grandes retrasos en los envíos de componentes esenciales para mantener las líneas de producción en niveles eficientes” declaró Mark Morrison, representante de Honda.
“En un esfuerzo por minimizar las disrupciones productivas, Toyota está realizando envíos aéreos. Seguiremos monitorizando la situación,” Toyota exponía en una declaración.
Resulta sorprendente que gigantes como Honda y Toyota puedan estar tan expuestos a problemas portuarios como éste. Ambas cuentan con enormes instalaciones en América del Norte, una gran red de distribuidores norteamericanos -alrededor de 700-, y el 80% de las partes de los vehículos destinados al mercado norteamericano se producen en este mismo continente. Pero en un momento como el de ahora, el 80% no es suficiente. Un coche sin transmisor no es particularmente útil. Si esos transmisores se encuentran esperando en Long Beach, Honda tiene que recortar la producción.
Pero existen otras empresa de menor tamaño a las que el conflicto les ha afectado incluso más. Subaru, por ejemplo, cuenta con una producción muchísimo menor, y una base de suministros muy pequeña en el continente americano. Por tanto, se han visto obligados a gastar más de 60 millones de dólares mensuales en transporte aéreo para solventar el problema.
Las huelgas portuarias también están impactando a las marcas de ropa :
“De acuerdo con el análisis de la consultora Kurt Salmon, la congestión de los puertos de la costa oeste podría suponer más de 7.000 millones de dólares anuales en costes para los minoristas, como fruto de una combinación entre un mayor precio del transporte de mercancías y ventas perdidas debido a inventarios inferiores a los niveles óptimos.”
Kurt Salmon también declaró que un gran número de minoristas han comenzado a desplazar sus cargamentos a puertos de la costa este, o están comprando inventario extra con antelación, a pesar de que estas medidas sólo resuelven el problema a corto plazo.
Ahora bien, no todos están expuestos de igual manera a este problema:
“Los minoristas a los que les está yendo mejor en el corto plazo” dijo Layo “son todos aquellos minoristas de moda rápida que consiguieron integrar rápidamente los costes de flete aéreo en su estructura de márgenes. Sin embargo, se espera que las tasas aéreas se incrementen con el tiempo, lo cual supondrá un problema para ellos. Ejemplos de estos minoristas de moda rápida incluirían a Forever 21, H&M, Zara y TopShop.”